Cita del Día

Como Bailarina por azar.

Me encuentro con ella por casualidad. No creo que se encuentre buscándome ni mucho menos, ella solo esta bailando por el azar.

No tubo como elegir la brisa con la que baila, no pudo haber sabido del destierro. Otro solo la usó y después la tiró, como se desase uno de lo que no sirve.

Hoy ella se encuentra vacía, antes tenia cosas que entregar, estaba llena de dulzura, tenia un para que. Hoy solo tiene el movimiento autómata de los perdidos.

Me alegra haberme encontrado con ella, nunca había notado su cotidiana hermosura, desde hoy veré a las de su clase con más detención, con más cuidado y con más cariño.

Danza como la mejor, vuela por los aires como loca, como enferma, sin sentido de nada mas que del viento. Se eleva con delicadeza, con ganas de alcanzar el cielo, con claridad y distinción. Sé que mañana no estará, que no la veré de nuevo. Por eso me detengo y la observo.

No tiene ningún sentido hablarle, no tiene el mayor sentido hacerle alguna seña cómplice que la atraiga a mi. A ella no le importo, como a la mayoría de los transeúntes su danza tampoco les importa.

Sin duda su acto póstumo me encanta, como la danza de las serpientes a los roedores. La sigo entre las calles para poder admirarla lo más que pueda, la brisa de los callejones la mueve con premura. Hoy no importa nada mas que su danza azarosa, entre estas calles tan recorridas por mi.

La sigo como un imbesil, apurado entre los recovecos me abro paso entre los despistados que no la ven. Corre, se eleva y desciende sin sentido, a veces emite algunos sonidos, como de impresión. Supongo que sabe el final de su danza, supongo que tiene algo de miedo.

Yo ya no tengo temor, tal vez después de usado pueda danzar como ella por las calles de esta ciudad. Corriendo por las lozas se atraviesa descuidada, sabe que va acabar con todo, sabe que son sus últimas piruetas antes del final.

En un instante termino, quien diría que yo tendría que ver con ello, quien diría que el final de su danza lo tenía reservado para mi, quien diría que yo era una parte mas de su espectáculo.


Podría haber sido peor, podría haber terminado en algún techo por siglos hasta deshacerse por el sol o por la lluvia, podría haber danzado muchas veces más, ya sin el estilo, sin la delicadeza. Pero los bailes por azar son únicos, son impredecibles, son un accidente del destino, de una secuencia de acontecimientos que conspira para crear una obra de arte.

Así termino en mi pecho, apretada sobre mi pecho, muerta, sin movimiento alguno, sin nada más de decir. Con cuidado la he doblado evitando los últimos quejidos de la brillante artista y la he guardado en uno de mis bolsillos, por si puedo volver a regalar bolsas vacías. Aunque esta no lo está, lo parece.

Stgo. Mayo 2007
Lenin


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