Cita del Día

La Marcha de Ismael

Hoy he visto nuevamente a Ismael. Hace realmente mucho tiempo que no lo veía. Como siempre no me saludó y tampoco respondió a mi saludo, y lo entiendo. Solo siguió su marcha, como siempre lo hace, desde que tengo memoria.

Cada vez que lo veo recuerdo su historia, más bien la historia que se dice de él. Se dice que fue “terrorista”, aunque yo no creo en la posibilidad de que aquella persona pueda haberle producido algo de terror a nadie. Sin embargo todos lo eran en esos tiempos. En tiempos de terror todas las personas pueden y provocan terror a los demás, así que tal vez lo era. Como lo era mi papá, como lo era yo siendo un niño, como lo era tanta gente buena.

Un día salio de la casa y no se le vio por mucho tiempo, eso era común, muchos no volvieron a verse más, y sus madres se han cambiado a vivir a Compañía con Morande, para ver si alguien los encuentra, para estar ubicables en caso que decidan volver.

Ismael volvió, tal vez un poco a medias, pero aun se le ve en su marcha por las calles de la comuna. Por esos días su regreso se volvió un icono del miedo, una amenaza constante, una advertencia. Tal vez para ello le permitieron volver, tal vez por él muchos no volvieron.

Al pasar los años la imagen de Ismael dejo de provocar temor. Los tiempos habían cambiado y el terror se escondía debajo de la alfombra. Para algunos Ismael era un icono de la memoria, para otros la lastima del olvido. Para los más pequeños era la curiosidad morbosa de entender lo que pasó, o simplemente un juego más. Mientras, el seguía su marcha constante y alejada de los rumores silenciosos de un país completo que decía que no había sabido nada. Los tiempos habían cambiado, sin embargo Ismael se detuvo en el tiempo, lamentablemente en los malos. Marchaba, no por la tozudez y amor que alguna vez tuvo Sola, sino simplemente porque a él los tiempos ya no le importaban, solo le quedaba marchar.

Dicen que su marcha la aprendió en el Estadio Nacional, que se repetía constantemente mientras no se le veía por estos lares. Dicen que también se repetía camino a aquellos camarines del infierno donde se les hacia hablar, y de los que, si bien, ahora se sabe mucho, no se sabe nada en realidad, porque la tortura solo la conoce quien la vive. Dicen que fue ahí fue donde se le clavó en el alma que perdía el marcado caminar, por la corriente en los genitales y otras tantas cosas que es mejor no suponer.

A veces, cuando lo miro, pienso que me reconoce, toda la vida lo he visto y ya hace años que lo saludo sin respuesta. Pienso que dejará de marchar algún día y que su alma regresará a ser parte de él. Pero no.

Hoy he vuelto a ver a Ismael, hace ya mucho tiempo que no lo veía, me he encontrado a las afueras de la casa de mi abuela, como siempre, y le salude sin respuesta, como siempre. Sin embargo hoy también he caído en cuenta de sus canas, del implacable paso del tiempo que en él se detuvo, pero que le afecta. Ismael esta viejo, y yo ya no soy un niño. Sigue su desfile eterno y ojala que no llegue nunca a su horrible destino.

Hoy he visto a Ismael y por primera vez me da pena, no por su marcha más lenta y cansada, sino por la vida que no vivió.



Santiago Julio 2007.


3 comentarios:

Unknown dijo...

Creo conocer a ese Ismael, su forma de marchar, día y noche, noche y día...
Creo ser parte de esos niños que alguna vez lo miraron con ojos de terror o de intriga, y que muchas veces cuando pequeño preguntó ¿Mamá, porqué ese señor camina de esa manera? sin tener ninguna respuesta coherente, ninguna explicación del porqué tuvo esa suerte en su vida, que lo ha marcado por todos estos años. Digo marcado para nosotros, por que en realidad yo no puedo saber si el se dá cuenta de esa marca que para nosotros si es notoria...
Muchas veces he escuchado comentarios de mis padres hablando de la amistad que tenían con él antes de que se lo llevaran y en realidad nunca antes me lo había preguntado, ahora que estoy escribiendo este comentario me surgió la duda... ¿Porqué hablan de esa amistad en tiempo pasado? ¿Porqué lo avandonaron a su suerte y le quitaron esa amistad? ¿Será por la prolongación del miedo que vivieron en esos tiempos? no lo sé, pero me gustaría encontrar esas respuestas...

Carlos Pino dijo...

la marcha de Ismael no es sólo la de él, sino la de todos nosotros que caminamos sin rumbo y sin pies que nos aten al suelo. Será de nosotros que sigamos un camino atestado y sin horizonte por donde no haya paisaje alguno.
quizás será que algún día caminemos al lado de él y ni si quiera veamos sus huellas en el suelo, porque ya no tengamos ojos para ver ni para maravillarnos.
Ismael no de los que le truncaron el mapa a patadas, no tan solo de ellos, sino de todos los que somos tímidos espectadores de este caminante que no tiene camino ni que se hace camino al andar.

Xi dijo...

Hay cosas de las que, así, en una mañana con sol, a quemarropa, no puedo hablar.

Pero sí darte un abrazo importante, virtual, en la espera del real, que será esta tarde como varias otras.

Te quiero, niño.

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